Y llegó el día en que me rompí́ en cientos de pedacitos,
y fue lo más hermoso de mi vida,
porque justo en ese momento me di cuenta
que tenía el poder de volver a juntar todas las partes
de la forma en que siempre había querido que fueran.
Todos alguna vez nos rompimos: personas que se van, proyectos que se caen, deseos que no se cumplen …. El gran desafío es qué hacemos cuando nos rompemos …
Kintsukuroi es un antiguo arte japonés de recomponer lo roto. Cuando se rompe una pieza de cerámica, los maestros kintsukuroi la reparan con oro, dejando a la vista la reconstrucción, ya que, para ellos, una pieza reconstruida es a su vez símbolo de fragilidad, fortaleza y belleza.
Nosotros somos como la cerámica: somos fuertes y frágiles a la vez. En algún momento de nuestra vida podemos rompernos en mil pedacitos. Y es ahí donde aparece nuestro gran desafío: reconstruirnos con oro, creando una nueva versión de nosotros mismos: más sabia y poderosa que la anterior.
Desafío de hoy: constituirnos en maestros Kintsukuroi de nuestra vida.
¡Lindo martes!
Un abrazo
Andrea