El sábado fui la responsable de una flor de “Fake new” ☹.
A la tarde me escribió Millie, quien había participado en un curso que dicté en el 2018, para contarme que un compañero de ese curso, José, enfermero, había fallecido por COVID-19.
En aquel momento, con Millie y José vivimos una situación especial que nos acercó mucho. El papá de Millie estuvo internado por una enfermedad pulmonar grave muy similar a la que había tenido mi marido 10 años atrás. José iba casi todos los días a visitar al papá de Millie para ver si podía ayudar en algo. No lo conocía. Sólo era compañero de curso de Millie. Pero iba siempre. Porque además de ser enfermero, es un ser humano muy especial. Y eso no se olvida.
Millie me contó que se había enterado del fallecimiento de José por una persona conocida del sanatorio donde había estado internado su papá. Le pregunté a Millie si lo había compartido con los demás compañeros del curso. Me dijo que no. Como José es un ser de luz muy querido por todos, le dije que les iba a escribir para contarles la triste noticia.
Mi primera reacción fue “primero chequear la noticia” ya que Millie se había enterado “porque una persona conocida del sanatorio donde había estado internado su papá, le contó que José, enfermero, había fallecido”. Entré al WhatApp de José y vi que como foto de perfil había una cinta negra de luto y una frase que decía “Te fuiste físicamente pero siempre estarás …” Asumí que el teléfono de José estaba ahora en manos de su familia … no quise mandar ningún mensaje para no generar mas dolor … Di por cierta la noticia y ese mismo sábado mandé un mail a todos los compañeros del curso informando el fallecimiento de José. Obvio la noticia generó mucha conmoción. José es muy querido por su humanidad increíble.
Unas horas mas tarde nos enteramos que el José que había fallecido de COVID no era nuestro José. Era otro José, camillero, del mismo sanatorio. Me sentí muy feliz porque nuestro José estaba vivo y al mismo tiempo me sentí muy mal por la “fake new” tan triste que había mandado un sábado a la tarde … Sólo pude pedir disculpas …
¿Qué aprendí de esta triste situación?
- Cada uno de nosotros interpreta las situaciones según quiénes somos y el momento que estamos pasando. Yo sabía que tenía que chequear la noticia antes de comunicarla. Pero cuando vi la foto de perfil y la frase del WhathApp de José di por chequeada la noticia … para mi era evidente que el teléfono lo tenía la familia de José y que ellos habían cambiado la foto y la frase … ¡Diez años de coaching y no chequeé!
- Los errores también pueden dejar cosas buenas. Millie y yo queremos mucho a José. Nuestra intención fue de cariño y nos movió la intención de honrarlo. Como le dije a José el sábado a la noche cuando hablamos por teléfono: “Qué lindo homenaje en vida te llevaste … pudiste sentir y vivir la forma en que las personas te quieren …”
Así que, flor de aprendizaje.
No fui la mejor coach 😊. Me equivoqué. Soy humana.
PD: Este post lo estoy publicando con la autorización de Millie y de José.
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