La oralidad judicial y, especialmente la institución del juicio por jurados, nos están dando un empujón muy importante para la modernización del ejercicio de la abogacía.
La oralidad nos sacó la protección de los plazos y del papel para pensar y responder. Conocer las leyes y los procedimientos es muy importante pero ya no es suficiente. En la oralidad la gestión de las emociones, el manejo de los imprevistos, la flexibilidad y la capacidad de recalcular son indispensables para litigar. A los conocimientos técnicos y racionales debemos adicionar indefectiblemente habilidades emocionales, de comunicación y de relación.
La oralidad nos exige desarrollar nuestra inteligencia emocional:
- Conocernos y ser capaces de registrar y reconocer nuestras emociones
- Conocer nuestras fortalezas y nuestras brechas de mejora
- Tener confianza en nosotros mismos y en nuestras posibilidades
- Poder gestionar nuestras emociones y elegir qué respuestas dar
- Desarrollar la capacidad de atención plena y foco en lo que estamos haciendo
- Tener flexibilidad y capacidad de “recalcular” frente a imprevistos
- Ser confiables en la percepción de los demás
- Escuchar empáticamente a los otros y al contexto
- Comunicar con asertividad
Y está claro que para esto no alcanza con aprender técnicas actorales o de oratoria. El aprendizaje debe ir mas allá: es necesario realizar un trabajo personal profundo con nosotros mismos.
Y si la oralidad trae desafíos, la institución del juicio por jurados trae muchos mas. Ya no se trata de convencer a “colegas”. Ahora hay que saber comunicar nuestro mensaje de manera de que pueda ser entendido por personas que no conocen el derecho. La horizontalidad y el lenguaje claro y sencillo pasan a tomar un primer plano en nuestro trabajo.
El lunes 31 de agosto comenzamos a dictar junto a Victoria Santamarina (Vicky) los talleres de Coaching, oratoria y simulación en el marco de la «Diplomatura de Juicio por Jurados» de la Universidad de San Isidro. Mas de 90 profesionales emprendieron el desafío de formarse en este nuevo desafío de aprender nuevas habilidades.
Los desafíos son muchos y las ganas infinitas.
¡Allá vamos!