Hace un tiempo acompañé a una gran amiga mía en la búsqueda de una psicóloga para trabajar con su hija que sufre una afección psicológica complicada. Todas excelentes profesionales, pero hubo una, Florencia, que le encantó (a mi también) y sin dudarlo, desde el corazón, la eligió. ¿Qué la diferenciaba del resto? Que mientras las demás, en la entrevista le explicaban que eran psicólogas especialistas en esa afección y cómo trabajaban, Florencia comenzó contándole porqué eligió esta especialidad: quería lograr la integración y la felicidad de los niños con este síndrome para que no padecieran lo que había padecido su hijo.
Y me vino a la cabeza el “Círculo dorado” de Simon Sinek: las personas no compran lo que hacemos, sino por qué lo hacemos. La conexión con el otro y la toma de decisiones se da en primer lugar desde lo emocional y, sólo después, por lo racional.
La mayoría de las organizaciones y de los profesionales comunican qué hacen y cómo lo hacen. Pero la verdadera llegada y conexión con las personas se logra comunicando por qué hacemos lo que hacemos, qué nos mueve, cuál es nuestra misión. Si hay identidad de valores y conexión emocional, se genera compromiso y lealtad.
Entonces el gran desafío es tener claro cuál es nuestro “por qué”, cuál es nuestro propósito. Si lo tenemos claro y lo comunicamos, lograremos llegar a las personas y conectar emocionalmente, creando relaciones de confianza duraderas.
¿Cuál es tu propósito? ¿Por qué haces lo que haces?
Te dejo una actividad para reflexionar sobre tu Por qué:
Espacio de reflexión – Mi propósito
¡Lindo Martes!
Andrea
Si el tema te interesa, te recomiendo la charla TED de Simon Sinek:
https://www.ted.com/talks/simon_sinek_how_great_leaders_inspire_action?language=es