Una de las cosas mas poderosas de este año fue la cantidad de personas luminosas que me dieron luz. Personas que siempre estuvieron. Personas con las que me volví a reencontrar. Personas nuevas que aparecieron por primera vez en mi vida. Me iluminaron a la distancia (virtualidad) pero muy cerca. Festejando. Llorando. Aprendiendo. Compartiendo. Transitando juntos la montaña rusa de emociones que fue este 2020. A la distancia pero muy cerca.
El otro día Facebook me recordó la tarjeta de fin de año que envié cuando terminaba el 2019. Elegí una poesía de Hamlet Lima Quintana sobre las personas “Tan necesarias”. Juro que yo no sabía lo que nos traía el 2020 😊. Pero elegí esa poesía.
¿Casualidad? ¿Sincronicidad?
Como dice Joseph Jaworski la sincronicidad son aquellos “sucesos que no podíamos prever, y mucho menos controlar, pero parecen guiar notablemente nuestro camino”. “Las cosas parecen ocurrir sin más. Empezamos a ver que pequeños movimientos en el momento y lugar exactos desencadenan todo tipo de consecuencias … Comenzamos a darnos cuenta de que ciertas cosas son atraídas repentinamente hacia nosotros de manera muy sorprendentes. Comienza a operar una estructura de causas subyacentes, un conjunto de fuerzas, como si estuviésemos rodeados por un campo magnético en el que los imanes se alinearan automáticamente.”
Y lo mágico es que:
- En diciembre del 2019 yo elegía para empezar el 2020 esta poesía sobre la importancia de esas personas tan necesarias …
- Facebook me recordó que yo había elegido esa poesía y me permitió hacer esta reflexión …
- El libro “Sincronicidad” de Jaworski fue uno de los que mas me marcó allá por el 2010 cuando comencé mi camino en el coaching … y lo recuerdo ahora ….
De nuevo me pregunto: ¿Casualidad? ¿Sincronicidad?
Hoy quiero cerrar esta reflexión AGREDECIENDO PROFUNDAMENTE a todas las personas que me nutrieron este año (¡fueron MUCHISIMAS!). Y quiero AGRADECER especialmente a todas y todos los que me escribieron al recibir algún BOCADITO DE COACHING. Me tocaron el alma. Me hicieron tomar conciencia de lo que tengo para dar. Y que nada es casualidad. ¡GRACIAS!