“Estamos muy felices de haberte conocido y nos pone muy contentos que (…) hayan formado esa hermosa familia. Sabemos que te quieren muchísimo y vos a ellos y que te van a cuidar y amar siempre. Cualquier cosa que necesites podés pedir hablar conmigo, si tenés alguna duda o querés preguntarme algo. Te mando un beso enorme”.
¡Vamos a jugar! ¡A ver si adivinas!
Este texto forma parte de:
- ¿La carta de una tía a su sobrina?
- ¿La carta de una amiga a otra?
- ¿Una sentencia judicial?
Y la respuesta es: ¡Una sentencia judicial!
¡SI! Así termina la sentencia de adopción dictada por la jueza Andrea Tormena, a cargo del Juzgado de Familia Número 16 de General Roca, que otorgó la adopción de una nena de 12 años por una pareja, haciendo lugar al pedido de la nena de conservar su apellido paterno y continuar en contacto con su papá biológico.
¿Habías adivinado?
La jueza le explicó claramente a la nena la decisión:
“Llegó el momento de definir si querías que sean tu mamá y tu papá para siempre. Como me dijiste en la charla que tuvimos hace unos días, vos querés que ellos sean tus papás, aunque también querés seguir viendo a XXX (el padre biológico) y por ahora querés seguir llevando su apellido. Por eso, con esta nota que se llama sentencia, vamos a hacer lo que me pediste (…). También te cuento que si en algún momento querés cambiar el apellido y llevar el de tus papás, me avisás y lo podemos hacer. Por último, quiero que sepas que quienes estuvimos acompañándote en todo este camino estamos muy felices de haberte conocido”
Me emocionó mucho leer este fallo. Empatía. Humanidad. Horizontalidad. Calidez.
Este fallo no es el único. Ya hay otros. En febrero del año pasado, Mariana Josefina Rey Galindo, jueza Civil en Familia y Sucesiones de Monteros, provincia de Tucumán dictó un fallo similar sobre la custodia de una menor:
«Juli, tenés razón cuando decís que no querés elegir entre tus dos papás. Tenés derecho a conservar a los dos: al papá Roberto y al papito Jorge. También tenés razón al no permitir a los grandes que te exijan ese tipo de elección. No hay nada que elegir».
Pareciera que la humanización de nuestra profesión y de la Justicia empieza a ser una realidad cada vez mas cierta …. ¿Está cambiando la forma de ejercer el derecho? ¿Nos estamos volviendo mas humanos? ¿Vos qué pensas?
¡Lindo Martes!